martes, 24 de julio de 2012

Iglesia de los Dominicos



La Iglesia San Vicente Ferrer o como comúnmente se le denomina “Iglesia de los Domínicos” tiene una larga historia y ha estado presente durante toda la vida republicana.
 
Es una hermosa Iglesia Colonial, al final de la Avenida Apoquindo. Sus dos cúpulas cobrizas se aprecian desde varias cuadras y en la actualidad es un monumento nacional.
 
Su historia comienza con la llegada de los españoles al valle en 1541. En la zona había un asentamiento indígena a cargo del cacique Picuncahue quien velaba los terrenos de Apukintu (Apoquindo), en el actual sector de Estoril en la Comuna de las Condes.
 
A través de una encomienda, Pedro de Valdivia entrega los terrenos a Inés de Suarez. Casada con don Rodrigo de Quiroga, la hacienda fue traspasándose de generación en generación entre sus descendientes. A mediados del siglo XVII, la propiedad perteneció a don Antonio Chacón y posteriormente a su hija, doña Constanza.
 
A principios del siglo XVIII pasó a manos de don Luis Francisco Avaria y Zabala, siendo heredada por su hijo Francisco de Avaria y Morales en 1739. Años más tarde, la hacienda fue comprada por doña Antonia Portusagasti, quien se encontraba casada con Juan Gainsboroungh. Este matrimonio construyó una iglesia en honor a sus hijos fallecidos en sus terrenos. Al morir don Juan, donó en 1803 la capilla, la torre, sacristía, la casa y el patio de la hacienda a la orden de los Dominicos, bajo la condición que fundaran una casa de ejercicios para los habitantes del sector.



 
Años más tarde, la hacienda fue rematada y adquirida por José María Urmeneta, a esa fecha, novicio de la orden, quien había renunciado a sus bienes a favor de los Dominicos.
 
En 1811, por instrucciones de Fray Justo Santa María del Oro, prior de la orden, se edifica el convento y se construye la iglesia. En 1824, José Maria Urmeneta vuelve a su estado laical y trata de recuperar sus bienes, entregados años antes a la orden. Todo se resuelve en 1834, cuando a través de un acuerdo, la orden adquiere en 12.000 pesos los terrenos.

En 1847 se reconstruye el frontis con las dos torres que existen en la actualidad.
La leyenda cuenta que durante la Reconquista, Manuel Rodríguez recibió ayuda de los monjes en sus viajes entre Santiago y Mendoza, y en 1891, sus dependencias dieron asilo a los perseguidos políticos.

Fue erigida como Parroquia el 30 de septiembre de 1955 por el entonces Cardenal Arzobispo de Santiago Monseñor José María Caro. Su pequeño Templo, "el Galpón" y el Antiguo Convento, son la sede de la Parroquia San Vicente Ferrer, la que cuenta con la Capilla Nuestra Señora de Nazaret, en la que colaboran hermanas Dominicas de La Anunciata.



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